Una vez más, nos quedamos con las ganas de que Argentina se ubique entre los mejores del mundo (o como diríamos en el barrio, los más mejores). Lamentablemente las desilusiones no son exclusivas de lo deportivo, y también nos tienen bastante acostumbrados, lo cual es claramente un problema.
El gran inconveniente de no tener más el mundial es que ahora nos tenemos que volver a concentrar en lo que pasa en casa, con la discusión sobre las jubilaciones, un nuevo ministerio (por si no se enteraron, tenemos un Ministerio de Turismo de la Nación), un nuevo ministro (por si no se enteraron, lo cambiaron a Taiana por Timerman en el Ministerio de Relaciones Exteriores, aunque parece que tampoco tiene injerencia en Venezuela, aunque parece que en el Gobierno algunos tampoco se enteraron aún ya que en el sitio oficial de la presidencia todavía figura Taiana), otra vez tendremos abrazos al INDEC, escucharemos a los funcionarios dar explicaciones que ni mi hijo de 1 año se cree, 48 cuotas por pagar de un plasma que no nos dio la satisfacción que esperábamos (por lo menos para el próximo mundial nos va a quedar sólo 1 cuota!!).
Ánimo que ya se viene la Copa América
