viernes, 30 de noviembre de 2012

Sobre la re-re



Con tanta ida y vuelta con el tema re-elección y rere-elección, me puse a pensar sobre otros mecanismos alternativos, que junten algunas características de las diferentes ideas que hay dando vueltas.
Antes de arrancar, aclaro que en lo personal, la relección indefinida no me parece un problema, creo sinceramente que una sociedad que cree y se convence de que la única posibilidad para que se hagan bien las cosas desde el gobierno depende pura y exclusivamente de un solo individuo, tiene un gravísimo problema.
Un fantástico escritor que se llamó Italo Calvino escribió un texto que se llama “La decapitación de losjefes”. Esa obra arranca de la siguiente manera:
“Las páginas que siguen son esbozos de capítulos de un libro que proyecto desde hace tiempo, y que quisiera proponer un nuevo modelo de sociedad, es decir, un sistema político basado en la matanza ritual de toda la clase dirigente a intervalos de tiempo regulares…”
Si bien la propuesta es interesante, no creo que matar sea la mejor solución. Por eso se me ocurrió algo menos cruento para estos señores que nos toca votar de tanto en tano, al final de cuentas, son seres humanos y tendrán alguna familia y amigos que los quieren…
Mi idea es un sistema de mandato por tiempo indefinido.
La sociedad vota un presidente, y este tiene que ejercer el gobierno hasta que la sociedad decida que se tiene que ir.
Sin calendario de elecciones predeterminado, ni nada.
El primero de enero, se hace un sorteo y se decide si ese año hay elección o no. Si gana el que está en el poder, sigue, si pierde viene otro
Qué ventaja tendría un sistema como este? Que siempre tienen que hacer bien las cosas, si las haces mal un año, lo más probable es que el próximo ya no estés.
Uno de los problema que tiene el sistema vigente es que tiende a hacer que el gobernante se esfuerce en el primer mandato, para ganar el segundo y hacer lo que se le antoje (no es la regla en países con mayor tradición partidaria, pero tampoco se aleja diametralmente de esto).
En esta propuesta que hago, como no saben cuál es su último mandato, se deberían cuidar de hacer todo el tiempo las cosas bien. Y si realmente hacen las cosas bien, por qué habría que echarlos? Eso si, pienso que tendría que ser una obligación permanecer hasta que el pueblo diga basta, no hay posibilidad de renuncia.
Espero opiniones y comentarios!!!

jueves, 29 de noviembre de 2012

Update sobre la deuda

La Corte de Apelaciones dio lugar al "stay" pedido por Argentina, que sería algo así como "no innovar" en cuanto a la orden de Griesa para que se paguen los 1300 millones el próximo 15 de diciembre.

La aclaración importante que hay que hacer, y que los medios de nuestro país no están haciendo, es que esto solo da tiempo a Argentina para plantear y negociar con los acreedores una nueva forma de pago. Pero lo que ya falló tanto Griesa, como la Corte de Apelaciones, es que Argentina tiene que pagar los 1300 millones.

Solo una reversión del pleno de la Corte de Apelaciones (recomiendo esta nota para entender lo más técnico) o de la Corte Suprema de Justicia Norteamericana sobre el fallo de la Corte de Apelaciones implicaría que Argentina no tenga que pagar el 100% de lo que reclaman los acreedores.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Sobre la deuda en situación irregular



En primer lugar, hay que tener en claro que algún tipo de acuerdo con aquellos bonistas que no ingresaron a los canjes de 2005 y 2010, habrá que alcanzar. La posibilidad de pago nulo hay que descartarla porque no hay juez en Estados Unidos que vaya en contra del derecho de propiedad. Esto es algo que cualquier abogado que haya estado involucrado en litigios de este tipo sabe, y los abogados que contrató nuestro país lo hicieron saber desde el inicio del proceso de restructuración de la deuda.

Dicho esto, no deben quedar dudas que la acción del Gobierno actual ha sido perjudicial para la sociedad argentina, toda vez que impulsó al juez que entiende en la causa a tomar una medida ejemplar contra nuestro país, ante las aseveraciones de las autoridades nacionales en el sentido que no iban a reconocer lo fallado por esa jurisdicción (entrando en desacato) y que no había intención de pago a quienes están accionando judicialmente.

Esto marca dos problemas muy claros. El primero, la ruptura con la estrategia trazada desde el inicio del proceso de restructuración que se basaba en dejar en claro que Argentina reconoce la existencia de una deuda, que debe ser pagada, aunque no en cualquier condición. Esta estrategia fue la que mantuvo al juez de Nueva York en línea con la Argentina hasta el año 2012.

El segundo, que tiene consecuencias de más largo plazo, es la negativa a acatar los dictámenes de la justicia extranjera, algo que el Gobierno en los tribunales locales ha realizado sistemáticamente, pero que también lo hace con otras deudas como son las que se tramitan en el CIADI (tribunal arbitral del Banco Mundial). El problema es el precedente que sienta para todo extranjero que tenga intención de invertir en Argentina (se en activos públicos como privados), lo que limitará el acceso al financiamiento.

Tal es así, que esta combinación de impericias, ha determinado que legisladores norteamericanos intenten nuevamente llevar a estado parlamentario una iniciativa por la cual se le denegaría a nuestro país el acceso al financiamiento en el mercado de capitales norteamericano, y el bloqueo de la asistencia financiera de los organismos multilaterales de crédito en los cuales es miembro Estados Unidos (Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial).

Como se suele decir “en política, el que se calienta pierde”. Siguiendo este dictum, hay que tener la mesura suficiente para pensar estratégicamente qué es lo mejor para el país, y no para las próximas elecciones. Llegar a un acuerdo con los bonistas es un paso, pero no hay que dejar de lado el resto de los acreedores con los que Argentina está en falta desde hace ya 10 años. Si realmente este Gobierno quiere decir que sacó al país de la crisis de 2001-2002, tiene que resolver este tema, de otra forma, seguiremos arrastrando la crisis.