Cómo resuelve un problema el Gobierno argentino: subsidia hasta las últimas consecuencias, o expropia, socializando las pérdidas. Lo que podríamos llamar "socialismo de mercado" la ganancia es privada la pérdida del Estado.
Cómo resuelve un problema el Gobierno norteamericano: presta dinero por un plazo predeterminado, y no solo recobra la deuda, sino que gana dinero.
Como para que se entienda, en el caso de Aerolíneas Argentinas, con lo que se transfirió para cubrir el déficit de la empresa durante 2012 ($4.522 millones, o sea $12,4 millones por día), se podían comprar 25 aviones nuevos de los Embraer que tan orgullosamente muestran las publicidades. Va una tabla informativa.
Son las pequeñas cosas que hacen la diferencia, no?
Blog especialmente dedicado a temas económicos, aunque no exclusivo de otros temas interesantes. La idea es que funcione como herramienta de comunicación con la comunidad web y dejar mis ideas en la bloggósfera
domingo, 30 de diciembre de 2012
miércoles, 19 de diciembre de 2012
Algo de lo que pasó en 2012
En Argentina siempre podemos decir que cada año es como los años de los
perros, que valen siete! Pasan demasiadas cosas para poder recordarlas todas a
finales del año, cuando llegan los momentos de reflexión y proyección hacia el
próximo año. A ojo de pájaro: reforma a la Carta Orgánica del BCRA,
expropiación a Repsol, expropiación de Ciccone (todavía no sabemos a quién),
freno a la importación, cepo cambiario, corralito turístico, baja de
concesiones ferroviarias (tras la tragedia de Once), subte va y viene a la
Ciudad de Buenos Aires, que los buitres ganan que los buitres pierden, la
Fragata Libertad se queda en Ghana (qué pasa con la corbeta Espora?), reforma a
la Ley de Mercado de Capitales. Es como mucho, no?
En próximas entradas, voy a ir contando qué pasó, y cómo creo que puede seguir la economía argentina en 2013.
lunes, 10 de diciembre de 2012
Reforma al Mercado de Capitales
Hoy vamos con
la Ley de Mercado de Capitales que fuera aprobada recientemente por el
Congreso, y que aún falta promulgar, y lo fundamental, reglamentar.
Este es un
caso interesante por varios motivos, los técnicos, los legales y los políticos.
Comenzando por los políticos, fue importante ver que ante la versión presentada
originalmente para el tratamiento en comisiones de la Cámara de Diputados, la
aprobación fue más o menos unánime, en cuanto al espíritu de la norma.
La idea de
eliminar la autoregulación y la desmutualización de los mercados, recibió el
apoyo de todos los sectores involucrados (salvo alguna objeción de las bolsas
por ver mermado su rol). Esto constituía el núcleo de la propuesta que se venía
trabajando en el interior de la Comisión Nacional de Valores (CNV) desde hace
varios años.
Otro punto
que es políticamente correcto por estos días, es el de la apertura del mercado
de calificación de riesgos a nuevos jugadores, especialmente a las
universidades. Es claro que las calificadoras han cometido errores (en muchos
casos más que error ha sido complicidad) en la evaluación de activos y
compañías gigantescos, pero como se suele decir, creo que en este caso “la
culpa no es del chancho, sino del que le da de comer”. El traspaso de las
funciones de regulación y supervisión que implicó la creación de un régimen
privado de evaluación y seguimiento de la calidad crediticia de empresas y
activos, ha sido un error de los gobiernos, y peor aún el no haber implementado
mecanismos de control sobre esas empresas.
Sin
embargo, junto con estos meritorios objetivos, se trasladó mucho más poder a la
CNV, incluso la autoridad para intervenir a los agentes del mercado, sin ningún
tipo de sumario previo, y ahí todos los sectores de la oposición pusieron sus
objeciones, completamente desoídas desde la bancada oficialista.
Además, el
día de tratamiento en el recinto, el oficialismo introdujo modificaciones al
texto aprobado en comisiones (versión que llegó del Poder Ejecutivo), con un punto muy controversial, que es el que
autoriza la intervención de los órganos decisorios de las sociedades
cotizantes, por el solo pedido de algún accionista minoritario, intervención que
podría durar hasta 180 días, sin mediar instancia judicial alguna. La redacción textual es la siguiente:
“Artículo
20.- Facultades correlativas. En el marco de la competencia establecida
en el artículo anterior, la Comisión Nacional de Valores puede:
a) Solicitar informes y documentos, realizar investigaciones e
inspecciones en las personas físicas y jurídicas sometidas a su fiscalización,
citar a declarar, tomar declaración informativa y testimonial. Cuando, como
resultado de los relevamientos efectuados, fueren vulnerados los intereses de
los accionistas minoritarios y/o tenedores de títulos valores sujetos a oferta
pública, la Comisión Nacional de Valores, según la gravedad del perjuicio que
determine, podrá:
I) Designar veedores con facultad
de veto de las resoluciones adoptadas por los órganos de administración de la
entidad, cuyas disposiciones serán recurribles en única instancia ante el
presidente de la comisión;
II) Separar a los órganos de
administración de la entidad por un plazo máximo de ciento ochenta (180) días
hasta regularizar las deficiencias encontradas. Esta última medida será
recurrible en única instancia ante el Ministro de Economía y Finanzas Públicas;
“
Es decir,
tengo una acción de YPF, por ejemplo, y puedo pedir la intervención de la
compañía porque digo que se está afectando mi derecho como socio, y la CNV
puede intervenir de hecho y hacerse cargo de la dirección de la empresa.
Difícil pensar
una relación de fuerza pareja entre un Gobierno pro intervencionista y
empresarios sometidos a una legislación de este tipo. Difícil pensar que el
mercado de capitales local se vuelva un motor del financiamiento productivo
bajo estas circunstancias.
De todos
modos, la letra final de esta ley dependerá de la reglamentación que debe
realizar la misma CNV, donde quedará definida la masa crítica de los alcances
que tenga esta Ley, como por ejemplo, la forma en que las Bolsas tendrán que
ajustarse a la nueva normativa, cómo se verán beneficiadas las PyMes en su
acceso al mercado de capitales, quiénes serán los nuevos posibles jugadores en
el mercado de calificación de riesgos, qué información privada podrá ser
informada por la CNV a la AFIP, entre otros.
Como es
costumbre, una cosa es el espíritu de la Ley, otro es el espíritu del
legislador, y otro el espíritu de la autoridad de aplicación. En este caso,
parece que no están alineados en el sentido de desarrollar el mercado de
capitales, sino en volverlo un mecanismo más de control del sector privado, lo
que puede redundar en más perjuicios que beneficios.
martes, 4 de diciembre de 2012
El tema de la semana
Esta semana el tema que todo café tocará
seguramente es el 7D. Como debe ser claro para todo aquel que me conoce o ha leído
algunos post de este blog, mi posición es abiertamente liberal.
En este sentido, no creo positivas las
limitaciones impuestas por ley a una empresa (o empresas), más cuando su
producto es un producto de consumo libre y posee gran cantidad de competidores.
Creo sinceramente que el Grupo Clarín se tardó
demasiado en sacar al aire la publicidad que dice algo así como “si no te
gusta, cambiá de canal. Si no te gusta, no compres más el diario”. El nudo de la
cuestión pasa por ahí, por qué tiene que ser el Estado el que me diga si puedo
comprar o no a Clarín? Si puedo ver o no TN?
Es claro que el Estado debe velar por el bien
de la población, pero en otro tipo de cosas, en aquellas que atentan contra la
salud (como la recomendación de no fumar), contra el bienestar futuro (con el
pago obligatorio de aportes y contribuciones jubilatorios), y defendiendo los
derechos de las minorías (cosa que este gobierno se jacta de no tener que hacer
porque son la mayoría, UNA LOCURA!!) y garantizando igualdad de oportunidades
para todos y especialmente para los sectores más vulnerables (salud, educación,
seguridad, todas públicas y gratuitas).
Si lo que realmente quiere el Gobierno es
pluralidad, por qué no da lugar a los pedidos de los bloques opositores del
congreso, que vienen pidiendo que el estado les otorgue un espacio como el
oficialista 678 en la TV Pública?
Por qué no reparte la pauta publicitaria de
forma equitativa entre los diferentes medios de comunicación, en lugar de
favorecer a aquellos que solo dan noticias favorables al Gobierno?
La verdad que no leí el contenido de la "Ley de Medios", pero si lo que realmente se quiere es "democratizar" el aire, en todo caso, por qué no habilita más canales
de aire, más señales de radio, con licitaciones gratuitas, y financiando la
instalación en todo caso de esos nuevos medios, en lugar de redistribuir los
actuales?
Una de las pocas cosas que creo 100% válidas de
la teoría microeconómica, es que para el individuo, siempre más es mejor que
menos. Cuanto más canales y radios tengamos, mejor vamos a estar. Pero también
es claro que estamos mejor cuanto más libertad para elegir tenemos, y no menos.
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