martes, 27 de agosto de 2013

Otra vuelta más

La saga del canje de deuda tuvo en estos días un capítulo más, todo dentro de lo esperable (casi digo razonable... pero por estos pagos, la racionalidad hace rato que escasea).

La justicia norteamericana insiste en su posición que a las deudas hay que pagarlas, y por estos lados se insiste con que eso no es correcto.

El fallo incluye una larga lista de argumentos esgrimidos por la defensa argentina, que fueron rebatidos uno a uno por la Corte de Apelaciones, con el agravante que pone al país cerca del desacato cuando cita las declaraciones de funcionarios nacionales (la Presidente y el Ministro de Economía) sosteniendo que no se va a acatar el fallo.

Lo que dice la Corte es que la propuesta que hizo Argentina no fue suficiente, y esa oferta era dar a los acreedores en litigio los mismos títulos que recibieron aquellos que entraron al canje en 2005 y 2010, o sea lo mismo que reabrir el canje.

Ante esa resolución judicial, el Gobierno Argentino redobla la apuesta y reabre el canje, es decir, vuelve a proponer a los acreedores que no aceptaron en su oportunidad las ofertas, lo mismo que la justicia norteamericana manifestó como insuficiente.

A esto hay que sumar un agravante más, la idea de cambiar la jurisdicción de los títulos, esto es, actualmente hay títulos emitidos con legislación en Estados Unidos (por eso el juicio en ese país), y se los cambiaría por unos con igual característica financiera, pero con ley argentina. Esto busca evitar que en la próxima etapa del litigio en EEUU, se de lugar a la sentencia del juez Griesa, que obliga al Bank of New York a retener los fondos que se depositen para el pago de deuda regular, para cumplir también con los acreedores en litigio.

Este paso, a mi entender, es una señal de que Argentina no va a acatar el fallo de la justicia norteamericana, por lo que es de esperar que haya consecuencias legales y económicas. En las primeras, nuevas olas de embargos sobre todo activo del Estado argentino. En las económicas, un freno a los créditos de los organismos multilaterales (que si bien no son algo significativo en la actualidad, sí son lo único que consigue el Gobierno como financiamiento en dólares), sanciones en foros internacionales (una salida del G20, tal vez?).

Lamentablemente, como siempre sucede, las malas decisiones de política tienen impacto sobre la sociedad en su conjunto. En esta ocasión, la necedad de creer que la justicia en todo el mundo se comporta al gusto de nuestros dirigentes, nos llevará a un creciente aislamiento económico, justamente cuando el mundo está luchando por ir en la dirección opuesta.

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