martes, 24 de mayo de 2011

El modelo “NaPo”

Sé que mis amigos se van a enojar, usar el grito sagrado “napo” para hablar del que algunos denominan “modelo” Nacional y Popular, es casi una herejía, pero bueno. El tema es que esto tiene más de pasión, como es para los argentinos la milanesa napolitana (o “napo”) o sea algo que nos devoramos en un ratito, que una estructura de organización económica y social que mire al futuro sustentable de la Argentina.

Es interesante, de paso, cómo una idea tan compleja se vacía tan fácil de contenido, por el solo hecho de repetirla con cara de póker. La autodenominada gestión “napo” del actual gobierno no tiene mucho de nacional, y menos de popular. La idea es en una primera nota hablar de la parte “nacional” y en el futuro cercano hacer otra con la parte “popular”.

Comenzando por lo básico, habría que aclarar qué debería ser un modelo “nacional”. A mi entender, es la posibilidad de generar una estructura de empresas de propiedad nacional, que genere la mayor parte del empleo de la economía, que sea por consiguiente, la perceptora de la mayor parte de la renta empresaria, y generadora de salarios. Un modelo en el cual, la producción local sea capaz de competir en calidad y costos contra los productos importados. El objetivo sería tener algo así como los españoles BBVA y Santander en el mercado financiero, la brasilera Vale en extracción y procesamiento de minerales, la chilena Lan en aviación, la Microsoft, Google, WalMart, McDonalds, AT&T, Ford, JPMorgan, y una larguísima lista de compañías norteamericanas más y de los otros países también.

Por qué esos países lo pudieron lograr y Argentina hoy tiene un número que alcanza con una mano para contarlas? Está claro que no hace falta ser el descubridor de un producto para lograr posicionarse como un líder en ese mercado, tales los casos mencionados de España (lejos de haber sido los inventores de la banca), el comercio minorista de WalMart, las hamburguesas. Pero también sobresale el hecho que grandes empresas que han logrado trascender las fronteras de su país, si tienen como origen la invención como los casos de Microsoft y Ford.

Pero yendo a lo fáctico, los números de Argentina son elocuentes en cuanto al proceso de desnacionalización que vivimos en los últimos años. Es decir que el modelo “nacional” ha funcionado en el sentido contrario. Una primera cifra importante es cuánto del ingreso que se genera en nuestro país se utiliza para pagar a extranjeros. El gráfico que sigue es más que contundente a este respecto.

Otro dato, dentro de las 500 compañías más grandes por volumen de facturación en nuestro país, hoy un tercio son de propiedad nacional cuando en la década de los noventa eran la mitad. En igual sentido, el aporte al Producto Bruto de las empresas foráneas era aproximadamente 10% en aquel período, y según la última cifra publicada trepó a 16% en 2009, tras promediar 19% en plena vigencia del modelo “NaPo”. Mientras tanto, las grandes empresas locales mantuvieron en promedio en los 90s un aporte de casi 4% al PBI y en los años recientes algo inferior a 3.5%. Es decir, es falsa la idea según la cual se está imponiendo un modelo nacional, y como si fuera poco, se está acelerando el proceso de concentración económica (basta sumar las participaciones de las 500 empresas más grandes: en los 90s era 14% y ahora promedia 22% aproximadamente del Producto). Otra cifra en igual sentido, las utilidades de estas 500 grandes empresas equivalían a 3% del PIB, desde el inicio del modelo “NaPo” promedian 7% del PIB.

Aclaración super importante de todo lo anterior, las cifras son todas pura y exclusivamente obtenidas de la web del INDEC, esto lo consigno para que no haya margen a dudas sobre manipulación de la información, o falsificación de la misma.
Finalmente, como manifestara al comienzo, en una próxima nota intentaré explicar en términos cuantitativos la parte “popular” del modelo “NaPo”.

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