jueves, 7 de marzo de 2013

Dólar argentino




El dólar ha sido una cuestión recurrente en la cabeza de los argentinos por más de 60 años. La explicación más sencilla y clara es la inestabilidad de la moneda nacional durante todo este período, dada la imposibilidad de cubrirse por otros medios, de forma sencilla y para bajos montos de capital, ante la continua erosión del ingreso que produce la inflación.
Un hecho relevante, y poco difundido a mi gusto, es que desde la teoría económica hay argumentos sólidos en favor de tipos de cambio flexibles cuando los mercados financieros son segmentados, esto es, cuando solo una parte de la sociedad tiene acceso a los mercados financieros, y en consecuencia está limitada la posibilidad de cubrirse de la inflación.
Es decir, si tengo la posibilidad de acceder a algún activo que me proteja contra la inflación, lo que haga el gobierno con la política cambiaria me resulta neutral (en realidad mete mucho ruido, pero lo puedo tapar). Ahora, si NO tengo posibilidad de acceder a estos activos, estoy en problemas.
En suma, el problema principal está en la imposibilidad sistemática que se ha visto en Argentina de mantener una política monetaria, y en consecuencia cambiaria, que abone la estabilidad de precios, y que permita que todos nosotros no nos preocupemos por el dólar.
Acá creo muy valiosa una frase de Alan Greenspan, ex Presidente de la Reserva Federal de EEUU, cuando le preguntaban qué consideraba estabilidad de precios, respondía: “una tasa de inflación los suficientemente baja para que ni las familias ni las empresas se preocupen por ello”.
Comenzando el análisis de la forma más sencilla, esto es abordándolo como un mercado más, el precio lo determinaría la oferta y la demanda. Un precio sube, si se da un aumento neto en la demanda o una caída neta en la oferta (neto quiere decir que si sube la demanda, pero la oferta aumenta más, el resultado es una suba neta en la oferta).



Si vemos la historia argentina (Gráfico 1), a la recurrente demanda para protegerse de la inflación, hay que sumar el problema persistente del sector externo (desequilibrio en la Cuenta Corriente del Balance de Pagos). Esto genera el resultado de tener de forma relativamente permanente una oferta de dólares insuficiente respecto a la demanda, y presión inflacionaria, y no tenemos la máquina de imprimir dólares…

Gráfico 1 – Balanza de pagos e inflación                           
En % del PIB y % anual                                                              

Es llamativo, si se quiere, que estos últimos años el problema estructural del Balance de Pagos no se ve en las cifras, por lo que el factor de presión sobre el mercado cambiario es la demanda privada de moneda extranjera para atesorar (guardar bajo el colchón), fundamentalmente como medio de protección contra la inflación.
Qué hay detrás de la oferta de dólares en Argentina: comercio exterior (55% aproximadamente de los ingresos de divisas), endeudamiento externo (30% aproximadamente entre público y privado). En otros países, un componente importante de la oferta de divisas al mercado es la inversión extranjera (directa y financiera), que en nuestro país aporta menos de 3% de la oferta anual.

Gráfico 2 – Compra y venta de billetes
En millones de US$
 

Qué hay detrás de la demanda de dólares en Argentina: atesoramiento (25% aproximadamente de los egresos), comercio exterior (45% aproximadamente), pago de obligaciones (20% aprox).
En el último año estos porcentajes se modificaron por la acción del cepo cambiario, pero resulta muy interesante ver que la venta de billetes al mercado se redujo a la cuarta parte de lo que fue 2011 (Gráfico 2). Esto es, aun cuando no está prohibido vender, la gente no vende, y no creo que sea por una cuestión de no necesitarlo…
Según las cifras oficiales, entre 2003 y 2012, los argentinos acumulamos billetes en términos netos por algo más de US$90.000 millones, por lo que alimento para el “blue” creo que hay más que suficiente. En 2012 solamente, se acumularon $3.000 millones bajo el colchón (por supuesto que esto mientras se pudo, es decir hasta mitad de año).
Es decir, hay caída en la oferta de dólares, especialmente de billetes que es lo que calienta el mercado blue, en un contexto que no hace prever que la inflación se modere, lo que indudablemente generará más demanda por billetes.
“fundamento” para validarlo.

Gráfico 3 – Tipos de cambio simulados
En $ por US$
  
Convertibilidad: Pasivos Monetarios (Base monetaria + Cta Cte en BCRA) / Reservas del BCRA
Corrida: Circulante en poder del público / Divisas en Reservas del BCRA

Por otro lado, como dije más arriba, el resultado real terminará dependiendo de qué haga el Banco Central:
-   -Si queda todo como hasta ahora, el “blue” seguirá escalando, fundamentalmente porque la demanda continuará subiendo (por el flujo de ahorro) con oferta prácticamente fija (salvo por las filtraciones fronterizas que algunos osados están haciendo).
-     -Si se da algún paso en el sentido de facilitar el acceso a dólar billete para ahorro, puede producirse una convergencia desde el “blue” hacia el oficial. Para esto, fundamental que se tomen algunas medidas económicas que generen un ingreso extra de dólares al BCRA, sino será una continuidad del drenaje de reservas que se vio desde 2011 a la fecha.
-        -Programa de estabilización, donde se ataque el problema de fondo: la inflación, y en paralelo se va liberando progresivamente el acceso al mercado cambiario.
En suma, es una tarea muy osada tirar una cifra sobre cuánto va a estar el tipo de cambio en el futuro porque está totalmente sujeto a fuerzas desconocidas (voluntad y capacidad de política, humor de la calle). A lo sumo se puede pensar para dónde puede ir, y ahí creo que hay pocas dudas de que en el contexto actual (el primer escenario planteado en el párrafo anterior), el camino es hacia arriba.
Para los que gustan de papers:
Hoffmann, M. (2010). International Financial Markets' Influence on the Welfare Performance of Alternative Exchange Rate Regimes. Oxford Economic Papers, 62(3), 442-477.
Lahiri, A., Singh, R., & Végh, C. (2007). Segmented asset markets and optimal exchange rate regimes. Journal Of International Economics, 72(1), 1-21. doi:10.1016/j.jinteco.2006.09.007

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