martes, 9 de agosto de 2011

Venga otra ronda

Son momentos de mucha tensión y puro nervio, donde la mente suele ser presa del instinto de preservación, algo que en le ser humano no está del todo desarrollado (o tal vez se fue atrofiando con el paso del tiempo) en comparación con los animales. Es por esto que cuando se presentan situaciones en los mercados financieros como la que estamos atravesando me pregunto si el pánico es una respuesta racional o no?

Lamentablemente, no creo que sean el tipo de situaciones en las que se debe esperar una respuesta apropiada de parte de los gobernantes, quienes suman a su temor humano, el temor político de una derrota, lo que los lleva a tomar decisiones mucho más apresuradas, y cortoplacistas, que lo que debería realizarse.

Quienes han conversado conmigo en los últimos cuatro años tal vez recuerden mi pesimismo permanente sobre las perspectivas económicas (los que no, pueden recorrer el blog). Mis fundamentos eran: baja confianza de los consumidores, alta deuda, alto desempleo, y por sobre todo, que el problema que inició la crisis era uno de SOLVENCIA y no de liquidez, con lo cual las soluciones que se pusieron en práctica eran equivocadas (esto es, salvar a infinidad de instituciones financieras insolventes, inflar artificialmente los activos financieros para mejorar los balances de otros, y demás impactos de llevar las tasas a 0 e inundar de billetes los mercados).

Ninguno los factores que menciono cambiaron sustancialmente en estos cuatro años como para ser verdaderamente optimistas respecto al futuro económico en el corto y mediano plazo.

Como ya estamos viendo, al igual que en 2007 y años siguientes, se alzan las voces desde diferentes campos pidiendo nuevamente estímulos: monetarios (otra ronda de QE de la Fed – recomiendo esta nota de The Onion, publicación de humor político en USA) como si no hubiera sido suficiente con la versión 1 y 2; fiscales: cómo, no era un problema el sobreendeudamiento de los gobiernos en prácticamente todo el mundo?
Llegó el momento de asumir las pérdidas. Como decimos los economistas “no hay almuerzos gratis”, aunque haya muchos que estén acostumbrados a comer de arriba.

Va a ser duro, tiene que ser duro, pero de otro modo seguiremos con estos mini ciclos de felicidad y depresión, cada vez más cortos. El otro camino es acostumbrarse, pero es claramente el peor de todos.
Dejo una recomendación de lectura sobre la situación financiera con una perspectiva diferente a la habitual. Enjoy!

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